Si el mundo fuera algo más que agua, tierra, energía, seres vivos, conexiones planetarias nunca sabríamos el alcance de la fuerza que esto lleva hacia nosotros, el ser humano.
El ser humano es una especie que aprende rápidamente de lo que le rodea, percibimos el cariño, el amor, la amistad, el peligro, la falsedad, las buenas y las malas cosas que nuestro instinto aprende a percibir gracias a la conexión energética que nuestro espíritu lleva consigo. Es por ello que me gustaría hablar de una parte de esta energía que nos hace sentir felices, tan grande como el mundo. Esta parte de nuestra energía que nuestro espíritu lleva dentro y que hace falta a todo ser viviente en este planeta se llama amor.
¿Amor? ¿qué es? bueno... muchos podremos tener 50.000 opiniones diferentes de como sentir el amor. Unos lo sienten muy intensamente, otros no tanto, quizás para otras personas sea simplemente tener una compañía y no sentirse solo, en fin... sienta como se sienta lo importante es que ese amor nos haga felices. El amor, desde mi punto de vista, es un instrumento de nuestro cuerpo que se desarrolla en el seno familiar y con el crecimiento se va aprendiendo a transmitir a los demás, de una manera más cariñosa, sensible, dura, fría.... de muchas maneras, pero esta energía que nos fluye por todo el cuerpo la tenemos que desarrollar aún más, porque no basta solo decir amo a una persona, tenemos que ser conscientes que la energía se agota, se acaba y esto nos hace tener "apagones emocionales", es por ello por lo que quiero plasmar en esta entrada que el amor, como energía en si, debe tener un cuidado, debe tener un control y una canalización para que este bien natural de nuestro espíritu dure en el tiempo. Si somos capaces de alimentar esta energía de una manera, a veces natural, otras veces no tan natural, pero sabiendo que se debe hacer para que la simbiosis entre dos personas se mantenga en una intensidad óptima.. si somos capaces de hacer eso, aunque a veces la pereza nos obligue a abandonar nuestras responsabilidades como pareja, aunque a veces nuestro estrés no nos deje decir o hacer cosas lindas a nuestra compañera sentimental... si somos capaces de mantener una estabilidad emocional-energética sin duda alguna ese amor que se traduce en felicidad será el motor de nuestra vida, será esa chispa que siempre nos hace falta en muchos momentos de nuestra vida. Reflexionemos sobre ello y cada vez que tengamos esa pereza, ese estrés, esos sentimientos vagos... vayamos en busca de los recuerdos, vayamos en busca de esas palabras que nos hacen estimularnos, vayamos en busca de la fé y porque no... en aquello que nos hace sentir mejor. No dejemos a la mano del destino lo que está en nuestras manos, valga la redundancia.
Si tu quieres.... el mundo es tuyo!!! No olvides que no somos perfectos, pero podemos intentar ser mejor persona no solo con nosotros mismos sino con los demás y eso no te lo enseñan, lo aprendemos por nosotros mismos y si eres capaz de entender que querer es poder y dejar los prejuicios de un lado, aprenderás rápidamente a ser mejor e incluso te costará cada vez menos limar esas cosas que no te gustan de ti.
